Autor: Marc Levy
Editorial: Planeta
Número de páginas: 352
Precio: 8,95€
Sinopsis:
Cuatro días antes de su boda, Julia recibe una llamada del secretario
personal de Anthony Walsh, su padre. Walsh es un brillante hombre de negocios,
pero siempre ha sido para Julia un padre ausente, y ahora llevan más de un año
sin verse. Como Julia imaginaba, su padre no podrá asistir a la boda. Pero esta
vez tiene una excusa incontestable: su padre ha muerto. Al día siguiente del
entierro, Julia recibe un extraño paquete y descubre que su padre le ha
reservado una última sorpresa, la más extraña y rocambolesca que se pueda
imaginar. Gracias a ella, Julia se embarcará en el viaje más extraordinario de
su vida. Un viaje que la llevará a descubrir un pasado inesperado y le
permitirá conocer a ese hombre que fue su padre, con el que quedaron tantas
cosas por decir.
Opinión:

Una historia que nos invita a aprovechar hasta el último segundo de
nuestras vidas y que no nos dejemos nada en el tintero.
Marc Levy vuelve a jugar de forma magistral con la vida y la muerte,
algo muy presente en sus obras y que ya hizo en su primera novela, Ojalá fuera
cierto, publicada en el 2000 y que fue llevada a la gran pantalla, siendo
protagonizada por Mark Ruffalo y Reese Witherspoon.
En el hipotético caso de que fuera adaptada al cine creo que el papel de Julia sería perfecto para Rachel McAdams y Ryan Gosling, los cuales ya trabajaron juntos en El diario de Noah. El papel del padre de Julia, Anthony Walsh creo que sería interpretado de forma magistral por Donald Sutherland.
Si has leído alguna novela de Marc Levy ésta te cautivará, ya que como bien dice la portada ¿tú qué harías si tuvieras una segunda oportunidad? Las cosas que no nos dijimos, una novela que invita a creer en lo increíble.
Ya no era yo la única que lloraba, ¿sabes? Vi muchas lágrimas esa
noche. Las de esa madre y esa hija que se abrazaban fuerte, fuerte, conmovidas
al reencontrarse después de veintiocho años sin verse, sin tocarse, sin
respirarse. Vi a padres de cabello cano creer reconocer a sus hijos entre miles
de hijos. Vi a esos berlineses a quienes sólo las lágrimas podían liberar del
daño que les habían hecho. Y, de repente, en mitad de todos los demás, vi
aparecer tu rostro, allá arriba sobre ese muro, tu rostro gris de polvo, y tus
ojos. Eras el primer hombre al que descubría así, tú el alemán del Este, y yo
la primera chica del Oeste a la que veías tú.
Puntuación:
